Boris Johnson admite haber engañado al Parlamento británico sobre el cierre de fiestas

 Un día antes de que se enfrente a una posible audiencia, Boris Johnson admitió que engañó al Parlamento británico sobre el cierre de fiestas en el número 10 de Downing Street cuando era primer ministro. Pero insistió en que no lo hizo “intencionalmente o por imprudencia”.

Johnson testificará el miércoles ante el Comité de Privilegios del Parlamento, que está investigando si mintió a los legisladores sobre el incumplimiento de las reglas de bloqueo de Covid. Un fallo en su contra podría costarle su escaño en el Parlamento y eliminar cualquier posibilidad de que pueda revivir su carrera política.

En un informe escrito de 52 páginas para el comité, Johnson dijo que confió en el consejo de asistentes de confianza, ninguno de los cuales le advirtió con anticipación, ni le dijo después, que las reuniones sociales violaron las restricciones de distanciamiento social.

Johnson escribió, refiriéndose a los comentarios que hizo en la Cámara de los Comunes en diciembre de 2021, cuando negó que Downing Street hubiera violado las pautas de coronavirus.

Más tarde, la policía multó a Johnson por asistir a su fiesta de cumpleaños en violación de las reglas, lo que lo convirtió en el primer primer ministro en violar la ley.

Su aparición ante el comité puede ser el último acto de un desordenado drama que comenzó en noviembre de 2021 cuando el Daily Mirror, un tabloide londinense, publicó una historia de tres reuniones sociales, incluida una fiesta de Navidad, celebrada en Downing Street, donde el primer ministro Las oficinas y la residencia son durante el cierre.

No hubo revelaciones importantes en la defensa de Johnson, que, como señaló el comité, no incluyó ninguna prueba documental nueva. En cambio, Johnson, un conservador, transfirió gran parte de la responsabilidad a su personal y criticó al comité, presidido por un legislador laborista, por lo que afirmó fue una investigación “extremadamente partidista”.

Johnson también confirmó que el comité, en su informe inicial sobre el asunto, se basó en las acusaciones hechas por su exasesor principal, Dominic Cummings, quien dijo que le guardaba rencor y quería destituirlo de su cargo.

Johnson escribió: “No es ningún secreto que Dominic Cummings me tiene enemistad, ya que ha declarado públicamente en numerosas ocasiones que quiere hacer todo lo que esté a su alcance para sacarme del poder”. “No puede ser tratado como un testigo creíble”.

Una sensación de injusticia recorre el documento.

Johnson se pregunta por qué debería haber tenido más en cuenta las pautas de distanciamiento social, en un momento en que trabajaba 18 horas al día para responder a la pandemia. Señala que un fotógrafo de Downing Street tomó fotografías de algunas de las fiestas, lo que sugiere que nadie pensó que fueran ilegales. Y claramente todavía está molesto por haber sido multado por lo que describió como una fiesta de cumpleaños fugaz.

“Almorzamos juntos y me desearon una Feliz Navidad”, recordó Johnson. “No me dijeron de antemano que esto iba a suceder. No se comió pastel y nadie cantó ‘Feliz cumpleaños'”.

No estaba claro si la defensa de Johnson cambiaría la opinión de los críticos, para quienes las fiestas de Downing Street se han convertido en un eslogan para muchos gobiernos que no están dispuestos a cumplir con las mismas restricciones que han impuesto al país. También cristalizó preguntas de larga data sobre la credibilidad de Johnson.

Johnson tiene sus propios aliados, que han criticado tanto a la Comisión de Privilegios como a la investigación anterior de una ex funcionaria de alto rango, Sue Gray. Desde entonces, dejó el gobierno para convertirse en asesora principal del líder laborista Keir Starmer.

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“Hay signos de interrogación sobre la medida”, dijo Vernon Bogdanor, profesor de gobierno en King’s College London. “El presidente del Comité de Privilegios ya ha hecho comentarios que implican que Boris es culpable”.

En su informe al respecto, la comisión dijo que sus integrantes dejaron “sus intereses partidistas en la puerta de la sala de la comisión”.

El Comité de Privilegios refleja el equilibrio del partido en la Cámara de los Comunes, con cuatro miembros del Partido Conservador, dos del Partido Laborista y uno del SNP. Por tradición, está presidido por una diputada del principal partido de la oposición, en este caso Harriet Harman.

Aunque Johnson está fuera del poder, sigue siendo popular en las filas del Partido Conservador. Consideró brevemente desafiar a Rishi Sunak, el primer ministro en ejercicio, por el liderazgo del partido después de la renuncia de Liz Truss en octubre.

Sunak ha adoptado un enfoque de no intervención en el caso de Johnson, diciendo que dejará que los legisladores conservadores decidan si votan sanciones contra su predecesor si el Comité de Privilegios determina que Johnson mintió.

El destino de Johnson puede depender de si las violaciones de las restricciones del coronavirus deben ser evidentes para él, sin importar lo que le digan sus ayudantes. En su carta, argumentó que el comité se había extralimitado al afirmar que Johnson había “engañado imprudentemente” al Parlamento, un estándar que dijo que era “nuevo” y que no podía usarse para determinar que sus acciones constituían desacato.

Johnson dijo a los legisladores que había “recibido repetidas garantías desde que salieron a la luz estas acusaciones de que no había partido y que no se estaban violando las reglas de Covid”. En respuesta a una pregunta de seguimiento, dijo: “Pase lo que pase, se siguieron las pautas y las reglas en todo momento”.

Esto se contradice con el goteo constante de revelaciones: su propio cóctel en mayo de 2020 y reuniones estridentes la noche anterior al funeral del príncipe Felipe en abril de 2021, una de las cuales usó un columpio del Sr. Los niños Johnson estaban devastados. Downing Street ha emitido una disculpa a la reina Isabel II por estos.

En su informe inicial sobre el escándalo, Gray criticó a Johnson por una “falta de liderazgo y juicio” al permitir que una cultura de la bebida se arraigara en Downing Street. Cuatro meses después, publicó un informe completo que incluía una foto de Johnson levantando una copa en su fiesta de cumpleaños.

Finalmente, la Sra. Gray dijo que 83 personas rompieron las reglas de distanciamiento social en las fiestas, que dijo que incluían beber en exceso, comportamiento indisciplinado y destrucción de propiedad. En abril de 2022, la policía impuso una multa de 50 libras (61 dólares) a Johnson. su esposa, Carrie Johnson; y el Sr. Sunak, entonces Ministro de Hacienda, para la fiesta de Navidad.

A pesar de todos los titulares que generó, el escándalo no fue el tema que derribó a Johnson. Finalmente, se vio obligado a renunciar en julio de 2022 por su manejo de las acusaciones de que un parlamentario tory había manoseado a dos hombres mientras estaba borracho.